En México todavía no contamos con procesos sistemáticos de documentación que permitan brindar un panorama completo de la situación de violencia que enfrentan las defensoras. La mayoría de los informes existentes, tanto de instituciones de derechos humanos como de organizaciones de la ciudadanía, sobre la situación de defensores y defensoras no están hechos desde la perspectiva de género, lo cual invisibiliza las formas específicas en las que son agredidas estas últimas, así como las condiciones de riesgo que enfrentan. Más aún, parten de una definición cerrada tanto del trabajo e identidad de las y los defensores, la cual excluye a muchas mujeres que defienden activamente los derechos humanos -como es el caso de las parteras, de las familiares de presas y presos políticos o de personas desaparecidas, o de quienes dan asistencia a mujeres maltratadas, entre otras-, como de los actores que pueden cometer actos de violencia, dejando fuera muchas de las agresiones que son realizadas por particulares -parejas y maridos denunciados por violencia familiar, empresas denunciadas por no respetar los derechos humanos laborales, o grupos criminales; todos ellos con la complicidad, anuencia o impunidad por parte del Estado. Por esta razón tampoco ha sido posible construir ni disponer de mecanismos adecuados para su protección.
El presente diagnóstico busca contribuir al reconocimiento de la violencia que enfrentan las defensoras de derechos humanos en México a partir de sus propias experiencias y saberes, con el fin de que los actores estratégicos para su prevención, investigación, sanción y reparación, tengan mejores elementos para desempeñar su labor.