El 20 de mayo, tras pasar más de treinta días en un centro de contención, las defensoras Ana Cristina Barahona y Sara Benítez fueron liberadas y pudieron regresar a sus casas. Ambas fueron detenidas de forma arbitraria el 13 de abril por agentes de la Policía Nacional Civil quienes les expresaron que las llevarían sólo por una hora para hacerle la prueba de la COVID-19. Una vez ahí, se le explicó que no saldrían, que cumpliría cuarentena por 30 días. Durante su internamiento se les hizo la prueba de la COVID-19 dos veces, con resultados negativos, pese a lo cual no se las liberó. Las defensoras también denuncian que en el centro de contención su salud se ha deteriorado a causa de la frustración, el miedo y una alimentación que no se adecúa a sus necesidades, pues una de ellas tiene una condición crónica de salud.