“La Enredadera” es un espacio de opinión abierto a todas las defensoras de derechos humanos. |
Artículo de Melissa Cardoza,
Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras
18 de diciembre de 2020
El año 2020 que no requiere más presentación, provocó en esa necesidad de encararlo y salir vivas con otras y otros, que las defensoras hicieran uso de los medios virtuales como nunca antes, aunque ya muchas estaban en las redes y recogiendo lo que políticamente pueden aportarles.
Meses después pareciera que la vida sucede en las pantallas, y aunque los encuentros personales son tan ansiados, no se mira que este tiempo de imágenes termine tan pronto, más cuando la economía decide hacerlo, que no es un mecanismo a nuestro favor ni que podamos definir.
Usar las técnicas virtuales ha desarrollado otros elementos innovadores de reflexión, comunicación y acción de parte de las defensoras, y hasta ahí también llegó la agresión machista junto con la autodefensa feminista que va ganando espacios de diversas maneras.
Sabemos que quienes hacen parte de esta Red son mujeres que ya estaban en situaciones de injusticia y explotación, pobreza, limitaciones en el acceso al agua, salud, información, trabajo y ausencia de múltiples derechos. Sumándole que la violencia en situación de confinamiento ha sido más cruel que en otros tiempos.
Las defensoras tienen lo que tienen por su lucha a cuerpo contra un sistema depredador como el patriarcado neoliberal. Entonces, la pandemia, el confinamiento llega a fortalecer esa situación opresiva. Las defensoras, sin embargo, se vuelven hábiles y colectivizan respuestas para mantener su activismo y otras actividades de gestión en la virtualidad que resuelva las nuevas problemáticas que la crisis de la pandemia evidencia que no es más que la crisis del sistema.
Redes y virtualidades
Una idea que se ha roto en este tiempo es que sólo las jóvenes están accediendo y usando los espacios virtuales, mujeres de muchas edades y aún con posibilidades limitadas han hecho suyo estos ámbitos. Aplicaciones para obtener y compartir información, el uso de canales en vivo para hacer denuncias, las llamadas a movilizarse y cuidarse mediante un aparato telefónico se han vuelto más extendidas. Por supuesto somos conscientes del hecho que las mujeres no siempre acceden a aparatos sofisticados para estos propósitos y muchas veces ni tienen la conectividad o el dinero para pagarse el saldo. Pese a ello, hay que tomar en cuenta el uso de estos medios como una herramienta a favor de las compañeras en una situación tan límite como la que se está viviendo.
Durante este año la Red Nacional de Defensoras realizó dos actividades importantes que logró atraer a un público de mujeres activistas, la primera fue la realización de una asamblea intermedia de la Red en la que se hizo una puesta en común de cómo estábamos viviendo este tiempo, las dificultades, los aprendizajes, el impacto en los cuerpos y en las habilidades de las mujeres que se hicieron presentes. Esta fue una acción necesaria para que las compañeras convocadas manifestaran elementos necesarios y vitales de lo que estaban viviendo y cómo. Para ese entonces ya habíamos registrado la continuidad de las agresiones a las defensoras, sumadas a nuevos incidentes vinculados a la lucha por la comida, la medicina, el derecho a la protección en el trabajo. El resultado fue sorprendente en cuanto a conectividad, permanencia e interacción de la asamblea, actividad que fue financiada por la Red para asegurarse la participación en la misma.
Para fines de octubre se organizó la celebración de los diez años de existencia y actuancia de la Red de Defensora con celebraciones virtuales que incluyó un concierto protagonizado por muchas artistas y que fue disfrutado por un amplio público. Para cuando se realizó este evento ya se tenía la experiencia de cómo cuidar los espacios virtuales y evitar las agresiones y ataques cibernéticos, que es parte de los aprendizajes de este tiempo. Igualmente hay que mencionar la gran cantidad de personas que se conectaron a esta celebración y a la divulgación posterior del evento que acercó a las creadoras con un amplio y conciente público.
Otras organizaciones han hecho lo suyo en el aprovechamiento de los espacios virtuales en tiempos de covid, organizaciones como el Centro de Derechos de las Mujeres en septiembre lanzaron una convocatoria a la primera ciberescuela feminista para ejemplificar acciones sistemáticas y organizadas para seguir adelante con las acciones sin que se detenga el trabajo político.
Lo que queremos señalar es el uso de estas herramientas a beneficio de la continuidad de las acciones políticas y la increíble capacidad de adaptación y cambio que las defensoras muestran ante la situación extrema que ha impuesto la pandemia del covid 19.
Los Ciberataques
Las redes y los espacios de discusión por medios virtuales se han convertido en un instrumento importante de comunicación y análisis; de entretenimiento y formación política, pero igualmente posibilitan la continuidad de la agresión patriarcal y racista.
Sujetos políticos no identificados, anónimos, páginas falsas, activistas políticos han usado como antes no se había registrado el espacio virtual para atacar, amenazar, desprestigiar, insultar y hostigar a las defensoras y sus luchas. Los ataques contra las feministas que debaten sobre la autonomía del cuerpo y el derecho a decidir, la despenalización del aborto, los activismos transfeministas son los más virulentos. El insulto vulgar, la expresión sexista, el racismo más exacerbado, el odio y las fobias políticos sexuales se manifiestan de manera muy poderosa, al grado que al inicio de estas experiencias hubo que concluir algunas reuniones antes de tiempo.
Las campañas de desprestigio, amenazas y hostigamiento contra las defensoras de tierra, territorio y bienes comunes, así como pueblos indígenas y garífunas han hecho uso de perfiles falsos, cuentas anónimas y personas encargadas de responder a cada acción de las compañeras con acciones que ponen en entredicho sus actividades y les amenazan y hostigan. Ejemplo grave ha sido contra las compañeras de Guapinol y de la Fundación San Alonso Rodríguez en cuanto son parte del Comité de Bienes Comunes y Públicos que luchan contra la minera Los Pinares. El COPINH ha sido un espacio organizativo de muchos ataques virtuales, amenazas a muerte y hostigamiento sistemático de parte de elementos anónimos y otros conocidos dentro del movimiento social; la Causa Berta Cáceres ha sido objeto de muchas descalificaciones y desprestigio de la mano con el proceso judicial contra David Castillo que ha sido suspendido de manera maliciosa y sistemática. En menor escala, pero igualmente importante agresiones como el cierre de cuentas contra dirigencia de la OFRANEH han sido registradas a partir de la denuncia de la desaparición de cinco compañeros durante el mes de julio.
Autodefensa virtual
Las agresiones de las que damos cuenta en este texto no son nuevas, pero sí se han intensificado en la misma medida que las defensoras hacen su trabajo y toman el espacio virtual con sus propias palabras y luchas.
El ciberactivismo feminista que tiene muchos años en el movimiento se ha vuelto protagónico en este momento de pandemias y otros males, el uso de los recursos tecnológicos de manera oportuna y eficaz ha limitado la agresión y ha logrado blindar los espacios feministas ante los ataques racistas y misóginos. Las feministas y mujeres que tienen experiencia en el manejo de estos medios han compartido con otras sus herramientas de trabajo, de cuido, de protección y de defensa. De tal manera que cada vez más se suman activistas de diversas edades y colectivos a participar y conocer el ciberespacio como un ámbito de luchas que ya no se irá.
Aún queda mucho por hacer, y los esfuerzos de mujeres que han hecho del ciberespacio otra trinchera política está jugando un papel urgente y prioritario para las defensoras.
Nada va a poder sustituir la presencia en carne y hueso de las luchadoras, sus gritos en la calle, sus canciones en las asambleas, los amplios abrazos de los encuentros, pero podemos decir que la inteligencia, creatividad y capacidad de resistir ha hecho que la actividad política del movimiento de mujeres y feministas no se detenga ante el confinamiento, debe ser porque como nosotras decimos Somos defensoras y no nos van a detener.