Desde la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras condenamos el asesinato de Keyla Patricia Martínez, joven enfermera que fue encontrada muerta en una celda de la Unidad Departamental de la Policía Nacional de Honduras #10 con sede en La Esperanza, Intibucá.
Según familiares y personas cercanas a Keyla, ella fue detenida junto a un médico de forma arbitraria por miembros de la Policía Nacional a eso de las 11:30 P.M. del 6 de febrero. Horas después, fue encontrado el cuerpo sin vida de Keyla y a estas alturas se desconoce el paradero del médico que la acompañaba, según personas de la comunidad donde ocurrió la detención.
Aunque en un comunicado de prensa emitido por la Policía Nacional de Honduras se aluda a un supuesto suicidio de Keyla Martínez, varios antecedentes de violencia policial contra las mujeres en Honduras y en Intibucá nos orillan a la desconfianza y a responsabilizar al Estado de todas las agresiones que pudiese experimentar Keyla Martínez desde el momento de su detención hasta su muerte.
Condenamos que su asesinato ocurriera en el marco de la suspensión de garantías constitucionales decretada bajo PCM 012-2021 que, con el pretexto de frenar el incremento de casos de COVID-19 en Honduras, le ha otorgado a las fuerzas represoras del Estado la potestad de decidir sobre nuestras vidas entre las 9:00 de la noche y las 5:00 de la mañana, con absoluta impunidad para nuestros agresores. El asesinato de Keyla tiene todas las características de un feminicidio de Estado, bajo una dictadura que sostiene una guerra declarada contra las mujeres.
Como defensoras insistimos en el uso de la Policía Nacional de Honduras como institución patriarcal y clasista al servicio del Estado, con el objetivo estratégico de vulnerar los cuerpos de las mujeres, los cuerpos racializados, los cuerpos disidentes y otros cuerpos que se oponen a la lógica genocida de este Estado al servicio del capital y de las élites. Por tanto:
Expresamos nuestra indignación ante el esfuerzo de la Policía Nacional por justificar la detención y asesinato de Keyla Martínez bajo el argumento de que ella se encontraba en estado de ebriedad, con el descaro de reconocer que ni siquiera se le hizo una prueba de alcoholemia en el momento de su detención. Este tipo de argumentos son herramientas que la justicia patriarcal ha utilizado una y otra vez para legitimar los asesinatos contra las mujeres y otras expresiones disidentes.
Hacemos un llamado enérgico a todas las instancias internacionales y nacionales para una investigación expedita, transparente e imparcial en el feminicidio de Keyla Martínez.
Exigimos castigo a los responsables del feminicidio de Keyla Martínez y la suspensión del poder absoluto que tienen las fuerzas represoras del Estado en este Toque de Queda autoritario que solo contribuye a avivar el miedo y la inseguridad bajo este régimen.
Demandamos justicia para Keyla, sus familiares, y para todas las mujeres víctimas de la violencia patriarcal promovida y legitimada por el Estado.
Hacemos un llamado común para organizarnos y hacer frente a esta arremetida de la violencia estatal, patriarcal, colonial y capitalista que atenta contra nosotras y nuestras vidas.
¡Fue el Estado!
Tegucigalpa, Honduras, 7 de febrero de 2021