Cada 8 de marzo millones de mujeres y feministas alrededor del mundo nos movilizamos en plazas y otros espacios públicos para reivindicar nuestra determinación de transformar un mundo en crisis que impone sobre nuestros cuerpos y nuestros territorios la violencia, la explotación y la violación de nuestros derechos humanos.
Esta determinación colectiva de las mujeres por construir un mundo justo ha sido una amenaza histórica para quienes nos quieren sumisas, calladas y en nuestras casas. Por ello, las marchas del 8 de marzo y de otras fechas emblemáticas protagonizadas por mujeres y feministas generan tanto miedo y rabia en quienes vigilan el orden patriarcal, siendo la violencia su principal respuesta..
Desde la IM-Defensoras y las redes y articulaciones nacionales de defensoras que la integramos, hemos constatado la creciente violencia y represión cada vez que nos manifestamos. Acallar voces, reprimir nuestras manifestaciones y limitar nuestra presencia en los espacios públicos es una tendencia regional. De ello hablamos en nuestro informe ¿Marzo, el mes más peligroso para las defensoras?, a partir de los datos preliminares de nuestro registro de agresiones recabados durante el mes de marzo del pasado año.
Según este informe, en El Salvador, 20 de las 25 agresiones registradas durante el mes de marzo fueron en el marco del 8 de marzo. En Honduras, se crearon ad hoc organizaciones anti-derechos con el único objetivo de boicotear el 8 de marzo, mientras organizaciones feministas como la Plataforma Somos Muchas o el Foro de Mujeres por la Vida sufrían ataques de diversa índole. En México vivimos represión de la protesta, difamación y detenciones arbitrarias en distintos lugares de la república y por parte de diferentes fuerzas de seguridad de orden local y estatal. En Nicaragua, país en el que toda manifestación y protesta es reprimida, el pasado 8 de marzo registramos al menos 16 agresiones contra defensoras, principalmente hostigamientos, asedios, restricciones a la libertad de movimiento, entre otras agresiones mayoritariamente perpetradas por la policía.
Es por todo ello que este 8 de marzo, como todos los días del año, las mujeres exigimos vivir sin violencia y poder expresarnos, reunirnos y manifestarnos sin miedo, tanto en las calles como en el entorno digital.
Exigimos a los Estados de nuestros países reconocer y responsabilizarse de la crítica situación de violencia y desigualdad que enfrentamos las mujeres y evitar cualquier acto de difamación u otra forma de violencia en contra nuestra.
Exhortamos a todos los mecanismos nacionales, regionales e internacionales de derechos humanos que se mantengan vigilantes y reaccionen de ser necesario
Desde la IM-Defensoras y organizaciones aliadas a nivel internacional este 8 de marzo denunciaremos cualquier acto que las autoridades u otros actores realicen con la finalidad de acallar nuestras voces y poner en riesgo nuestra vida e integridad. Pero, sobre todo, seguiremos cuidándonos juntas, defendiendo la vida y construyendo el mundo de dignidad y derechos que todas merecemos.