Mientras en los calendarios de la juventud, febrero señala fechas relacionadas con la amistad, el amor y los deseos de felicidad, para Keyla Martínez y sus amigas, compañeras y familiares es un mes de indignación y tristeza. El 7 de febrero del 2021 fue asesinada en una posta policial, acusada ella misma, siendo la víctima, de suicida; y con un despliegue policial cómplice para ocultar a los responsables de su femicidio.
Nosotras, no olvidamos su sonrisa esperanzada, nosotras no perdonamos a quienes le quitaron la vida, sueños y deseos a esta joven enfermera hondureña. Sabemos que hay miles de casos y cada uno nos provoca la misma urgencia de luchar, denunciar y hacer memoria de sus vidas; así como la de nombrar a sus asesinos.
El día de hoy 22 de septiembre del 2022 nos convocamos en la ciudad de Siguatepeque, ante los juzgados, para estar presentes y exigir que se investigue la cadena de mando por el asesinato de Keyla, que se vuelva a tipificar el delito como un femicidio, que se termine con la impunidad policial. Hoy, un policía será juzgado, sin embargo, el comisionado que esa noche era responsable de la posta policial Melvin Alvarenga Deras se encuentra fuera de la investigación.
Sabemos que el poder de la policía es grande, pero el nuestro también lo es y hay que ponerles un alto porque al igual que con Keyla hay cientos de incidentes en que su lema de servir se
ha convertido en la de humillar, oprimir y matar, especialmente a la juventud.
Las defensoras de los cuerpos, los territorios, las sabidurías, pueblos y utopías de la gente de este país nos manifestamos con la ternura que nos hace saber que cada día nacen niñas para llenar el mundo de amor y anhelos y que somos responsable de cuidarlas. Nos expresamos con las imágenes de Keyla Martínez, la muchacha de la Esperanza, para que no se termine la rabia que con dignidad nos hace pararnos aquí y exigir que sus asesinos sean castigados y que se detenga la violencia contra las mujeres de una vez y para siempre.