Kenia Hernández es una abogada y defensora de derechos humanos indígena amuzga que está injustamente presa desde octubre de 2020 en México por defender el territorio. El pasado 15 de febrero desde la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México y la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos, como parte del Comité de Apoyo a la Libertad de Kenia Hernández, acudimos a la Penitenciaria Femenil Nezahualcóyotl para acompañar y entregar a Joel, hijo de Kenia, nuestro abrazo solidario a través de una carta de amor para Kenia y unirnos nuevamente al llamado para su inmediata liberación.
Querida Kenia,
Desde hace ya casi 5 años vivimos con el alma encogida esperando el día de tu liberación. Nunca debiste estar donde estás, ni haber pasado por todo lo que has pasado.
Sabemos que la criminalización intenta destruir nuestras dignas luchas y comunidades pero tu injusta detención dio aún más visibilidad y voz a la defensa del territorio de la que formas parte y a todos los movimientos en los que has ejercido tu defensa de derechos humanos. Tu fuerza, generosidad y compromiso al seguir luchando desde dentro de la cárcel, no sólo por tus derechos, sino también por los de todas las mujeres presas bajo condiciones inhumanas, es un ejemplo y un faro moral para todas las defensoras.
Creyeron que encarcelándote iban a detener tu lucha pero se equivocaron, porque están lejos de silenciarte y de acabar con los lazos de sororidad que, aún en las condiciones más adversas, nos hacen más fuertes frente a este sistema de muerte que pretenden imponernos. Tu encarcelamiento y criminalización nos activó como defensoras mesoamericanas y a organizaciones de muchas partes del mundo para exigir justicia. No solo porque no estás sola y hemos querido en todo momento que sientas nuestro abrazo, sino porque en nuestros territorios luchamos también por las mismas causas y enfrentamos también la represión.
Te queremos libre y sabemos que muy pronto vamos a verte abrazando a tus hijos en libertad. Todas lo deseamos y estamos trabajando para que así sea: desde quienes sólo te hemos conocido a través de tu historia de lucha o leyendo los poemas que has escrito en la cárcel, hasta quienes hemos tenido la dicha de abrazarte y de luchar a tu lado. Todas estamos ahí, llenando cada espacio que se abre a tu alrededor, queriendo poner un poco de luz en los rincones en los que hay sombra, dándote la mano, haciendo eco de tu sonrisa, cada vez que ves tu reflejo. Ahí estamos y ahí estaremos, cuando podamos volver a encontrarnos bajo la luz del sol.
Kenia, no hemos dejado de clamar por tu liberación, pero hoy lo hacemos con más esperanza que nunca. Un grito de “Libertad para Kenia” resuena en toda Mesoamérica. ¿Puedes oírnos?
Te abrazamos, compañera
Con amor,
Las defensoras mesoamericanas