Encuentro Nacional de defensoras en El Salvador, una apuesta por la esperanza.

“Que la alegría y la esperanza sean la guía de nuestra lucha” escribió una compañera defensora y hoy suscribimos esta frase como la declaración de las cien defensoras que participamos en el Encuentro Nacional de la Red Salvadoreña de Defensoras de Derechos Humanos realizado a finales del año 2024.

Al espacio nos dimos cita integrantes de las seis redes territoriales de Occidente, Oriente, Zona Norte y Metropolitana. Ahí compartimos el impacto de la labor de defensa de derechos humanos en nuestros territorios, aplicando la Protección Integral Feminista (PIF) para contribuir a la sostenibilidad de las luchas de las defensoras en sus distintas identidades y ámbitos de lucha.

Un momento importante del encuentro fue el análisis de las situaciones que afectan nuestra labor, destacando el régimen de excepción impuesto desde hace tres años. “Las defensoras enfrentamos a un régimen de excepción muy agresivo, en especial hoy con la minería que agreden a las defensoras ambientales por ser mujeres y por defender el derecho al cuidado del medio ambiente”, señaló uno de los grupos de trabajo. 

Otras realidades que nos está afectando es el acoso y la persecución política tanto a las defensoras como a sus familiares, a ello se suma el deterioro ambiental por la construcción de centros turísticos y proyectos habitacionales privados en zonas antes protegidas, la persecución y criminalización de las vendedoras en el Centro Histórico de San Salvador y otras ciudades del país, el incremento del precio de la canasta básica, las desapariciones forzadas y la violencia contra las mujeres y personas sexo género disidentes. Todas estas son situaciones que minan la seguridad, incrementan la pobreza y provocan el deterioro de la salud física y emocional.

“Con el extractivismo están entrando empresas a hacer desalojos para construir, nos quitan nuestro territorio. Ahora con la minería nos va a afectar porque somos de zonas rurales donde los mantos acuíferos ya están contaminados y eso va a hacer que el problema se extienda”, señaló otro grupo. 

Ante estas realidades, nuestra labor es de denuncia y exigencia de derechos, pero también practicamos el autocuidado y cuidados colectivos para sostener la vida mediante talleres de arte terapia, economía, atención en crisis, herramientas para el autocuidado y “los apapachos” que son espacios para conversar, compartir alimentos sanos que se preparan entre todas y fortalecer la sororidad entre todas.

En el Encuentro Nacional nos dimos espacio para realizar diversos talleres sobre comunicación, cuidados digitales, autocuidados y espiritualidad feminista, sanación y acompañamiento desde un enfoque PIF.   

“Lo más relevante del encuentro para mí fue el intercambio de experiencia intergeneracional entre las compañeras con más experiencia y nosotras las jóvenes”, nos dijo una defensora de la Red Metro. “Este intercambio nos ayuda a entender mejor la lucha y como juventudes poder brindar nuestro conocimiento para el uso de la tecnología, las nuevas aplicaciones y equipos para el activismo. Es importante juntarnos para que como jóvenes defensoras sepamos que no estamos solas, saber que hay otras compañeras acuerpándonos y fortaleciendo nuestras capacidades”.

 Para María, de la Red de Cuscatlán y Cabañas, encontrarnos es una manera de acuerparnos y poner en evidencia que las mujeres estamos haciendo defensoría en todo El Salvador. “El Encuentro nos dejó esperanza, cariño, nos abrazó la sororidad que tenemos, y eso nos ratifica que estamos haciendo camino en todo el territorio, desde el cantón hasta la capital, le ponemos amor y cuerpo a la defensa de nuestros derechos”.

"Tu labor es una luz, recuerda que no estás sola", "Confía en tu fuerza y en quienes te acompañan", "Sigue adelante con esperanza", "Nos juntamos, nos acompañamos porque solo las redes nos salvan".
Red Salvadoreña de Defensoras de Derechos Humanos

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