El pasado 7 de octubre, medios de comunicación locales como Televicentro con TN5 matutino, Hoy Mismo, la Tribuna y otros, lanzaron una campaña de difamación, odio y racismo contra la OFRANEH y el pueblo garífuna. Desarrollando un patrón de violencia mediática semejante al que se ejerció contra el COPINH y nuestra compañera Berta Cáceres antes de su asesinato.
Con un claro objetivo de deslegitimar los procesos de recuperación de tierras a los que el pueblo garífuna tiene derecho han llegado a afirmar graves, falsas e infundadas acusaciones como que las comunidades garífunas y la OFRANEH, bajo el aval del gobierno, han “introducido” drogas, alcohol y odio en la población, además de ejecutar robos de tierras. Incluso han señalado que la OFRANEH será responsable de la muerte de jóvenes que las dirigentes manden a confrontar. Estas graves afirmaciones incitan al odio y ponen en riesgo a defensoras y defensores del pueblo garífuna y las comunidades. La difamación es, en muchas ocasiones, la antesala de agresiones más graves que ya han sufrido las comunidades garífunas y la OFRANEH y que incluyen asesinatos, criminalización y desaparición forzada.
Es importante señalar que algunos de estos medios de comunicación mantienen vínculos con empresarios y personas relacionadas con la venta de tierras en las comunidades, incluso han utilizado declaraciones de empresarios e instituciones públicas de turismo para legitimar el mensaje de “invasores”, manteniendo así una campaña mediática de odio, racismo y agresiones contra el pueblo garífuna.
El 8 de octubre de 2025 se cumplieron 10 años de las Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los casos Triunfo de la Cruz y Punta de Piedra. En ellas el Tribunal interamericano condenó al estado Hondureño por violaciones de los derechos del pueblo garífuna en estas comunidades y declaró que son las legítimas habitantes y poseedoras de ese territorio. Diez años después, lejos de haber llegado a un cumplimiento efectivo de lo ordenado por la Corte, las compañeras, compañeros y comunidades organizadas en la OFRANEH, que siguen defendiendo sus derechos como pueblo, no solo desarrollan esta labor en entornos sumamente adversos para la defensa de derechos, sino que también enfrentan graves hechos de violencia y represión en su contra, entre los que destaca la desaparición de cuatro jóvenes de Triunfo de la Cruz en agosto del 2020.
La OFRANEH surgió en el año de 1978 para defender los derechos culturales y territoriales del pueblo garífuna, su trabajo la ha convertido en un referente nacional e internacional tanto de la defensa del medio ambiente como de la construcción de alternativas de vida digna de las comunidades garífunas.
Desde la IM-Defensoras y la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras denunciamos y condenamos esta nueva agresión a la OFRANEH, así como la situación de persecución, racismo y hostigamiento que enfrentan las comunidades garífunas. Exigimos que se respete el derecho de la Comunidad de Triunfo de la Cruz de recuperar sus territorios ancestrales y que se cumplan las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto a los derechos del pueblo garífuna en Honduras.
Exigimos también que los medios de comunicación dejen de poner en riesgo al pueblo garífuna a través de mensajes racistas y difamatorios que incitan al odio y la violencia, y que además criminalizan y deslegitiman la lucha por su defensa del territorio ancestral .
Respaldamos las demandas legítimas y ancestrales del pueblo garífuna, y hacemos un llamado urgente al Estado hondureño para que detenga esta campaña de desprestigio, odio y desinformación contra el pueblo garífuna organizado en la OFRANEH. Reiteramos que es obligación del Estado hondureño garantizar la seguridad y protección de defensoras y defensores de derechos humanos.
Finalmente exigimos el cese a las amenazas y persecución contra el pueblo garífuna y hacemos un llamado a organismos nacionales e internacionales a estar alertas ante esta situación que pone en alto riesgo la seguridad y la vida de quienes defienden los territorios y derechos ancestrales del pueblo garífuna.