Rosalinda Pérez era lideresa en la comunidad de Tierra Blanca Caserío Barrio Nuevo, Jocotán Chuiquimula, defensora de los derechos de las mujeres y comprometida con la justicia.
Doña Rosalinda lideraba un grupo de 33 mujeres en la comunidad, participaba en el proceso de formación de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG) y era la Presidenta de Microcréditos, un proyecto de desarrollo autogestivo. Deja 9 hijas e hijos.
El miércoles 30 de diciembre, a las 14:30 horas 5 hombres llegaron a la tienda de Rosalinda Pérez diciendo que querían comprar un doble litro de gaseosa. La tienda se ubica en la parte baja de su casa, ella fue a atenderlos y le dispararon a quemarropa.
Testigos dicen que fueron 9 disparos, dos tiros directos a ella y los otros para destruir las cosas que tenía a la venta. No hubo robo y se presume que fue una banda de sicarios contratada para darle muerte.
Los conflictos de tierra en la región de Jocotán tienen distintos orígenes, pero la construcción de la Hidroeléctrica Tres Marías ha desatado un proceso de acumulación ilegal de propiedades con el fin de venderlas a la hidroeléctrica. En Tierra Blanca hay 67 familias y sólo 4 hombres y, de acuerdo a la información recopilada, el asesinato de doña Rosalinda pudo tener el objetivo de detener los procesos organizativos que propician el empoderamiento de las mujeres, pues la mayoría del liderazgo son mujeres.
Desde la IM-Defensoras y la Red de Defensoras de DDHH de Guatemala repudiamos y condenamos el asesinato de la defensora Rosalinda Pérez, nos solidarizamos con su familia y su comunidad y exigimos a las autoridades guatemaltecas que este crimen no quede en la impunidad.