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La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras (RNDDH) presentó el jueves 3 de mayo el informe ''Defender para Vivir'' sobre la situación de las defensoras de derechos humanos y las agresiones que enfrentaron las defensoras durante el 2016 y 2017.
En la presentación del Informe la Coordinadora de la RNDDH Yessica Trinidad hizo mención a que el informe ''Defender para vivir'' es más que un informe de agresiones a defensoras de ddhh, para la RNDDH significa dos años de acompañamiento político, comprometido, seguro, efectivo, feminista y cercano a las realidades de las defensoras que por el ejercicio de su labor en defensa de la vida enfrentan amenazadas, persecución , judicialización y criminalización por quienes deberían de impartir justicia en este país.
Uno de los hallazgos del informe es que la violencia contra las defensoras se ha profundizado, evidencia de ellos, es que entre 2016 y 2017 se registraron 5 asesinatos, tres de ellos hacia mujeres travestis y lesbianas y dos hacia mujeres indígenas, sumado a esto, solo en el año 2017 se registraron 29 intentos de asesinatos contra defensoras, tal como lo manifestaron las defensoras Liana Funes junto con Melissa Cardoza en la presentación del informe “Llama poderosamente la atención, porque sabemos que el asesinato de Berta Cáceres fue significativo para abrir un espacio a la desvalidación y deslegitimación de la vida de las defensoras en su amplia concepción” en Honduras existe una institucionalidad que se ha articulado para sostener un sistema de impunidad en el que ni los autores materiales ni intelectuales paguen por estos crímenes cometidos.
Según el informe, de entre las mujeres defienden la vida hay cuatro grupos que están siendo fuertemente atacadas, en primer lugar y con una mayor cantidad de agresiones son las defensoras de la tierra, el territorio y bienes comunes de la naturaleza, incluidas en ese grupo un gran numero de mujeres indígenas. En segundo lugar quienes defienden el derecho a la educación, defensoras que han tenido repercusiones fuertes que van desde la expulsión del centro universitario, amenazas de muerte y encarcelamientos, agresiones en las que articulan una serie de perpetradores como las autoridades universitarias, guardias de seguridad privada, Fuerzas policiales y militares, hasta compañeros de sus propios movimientos. Y en tercer lugar, las mujeres que defienden el derecho a defender derechos y seguidas quienes defienden el derecho a una vida libre de violencia, que denuncian constantemente el aumento en los femicidios. Sin embargo, la defensa de derechos no se aisla una de la otra, ya que tal como lo menciona el informe, las defensoras han llegado más allá, van de su lucha especifica y se conectan con las otras luchas y diversos territorios.
Entre los dos años del registro conocimos de 561 agresiones en el primer año y 671 en el segundo, de los cuales 10 ataques fueron institucionales para cada año, 414 en 2016 y 518 en 2017 fueron agresiones colectivas, 137 en 2016 y 143 en 2017 fueron agresiones individuales.
Otro dato interesante son las agresiones en contra de mujeres que defienden el derecho a la información y libertad de expresión quienes 2016 se contabilizaron 8 agresiones, mientras que en el 2017 fueron 9 lo que en total suma 17 agresiones a las defensoras que están en la denuncia permanente contra quienes vulneran sus derechos.
Las conclusiones de este informe señalan que el Estado es el articulador de las diferentes agresiones al utilizar sus instituciones como por ejemplo la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI), juzgados a nivel local y a nivel departamental, jueces y juezas que no dan celeridad a las denuncias de las defensoras siendo todo lo contrario cuando se presentan querellas que empresarios interponen en contra de las defensoras y luego están los perpetradores directos donde encontramos una articulación fuerte entre policía preventiva, policía militar en donde también entra la seguridad privada y el crimen organizado.
El informe también señala en una de sus conclusiones que las defensoras reciben violencia de diversas formas, la más común es la misoginia que esta presente en todos los espacios y actores, en la familia, comunidades, empresas y aunque poco se habla de esto también y muy marcada dentro de sus mismas organizaciones políticas y articulaciones, y que sólo podemos comparar el despojo de los territorios con lo que sucede con los cuerpos y los anhelos de las mujeres.
Tegucigalpa M.D.C., 7 de mayo de 2018.
Fuente: https://redefensorashn.blogspot.com.es/2018/05/nota-de-prensa.html