Tegucigalpa, 4 de febrero de 2019 - El pasado viernes 1 de febrero de 2018, la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras (RNDDH) junto con La Organización Fraternal Negra de Hondureña (OFRANEH) nos convocamos frente al Ministerio Público en la ciudad de Tegucigalpa, para exigir justicia por nuestra compañera integrante de la OFRANEH Belkis García, asesinada días antes entre el rio Cuyamel y el plantel de la termoeléctrica LAIESZ, La Ceiba.
Durante esa mañana, mientras algunas compañeras procuraban reuniones con miembros de la Fiscalía de las Etnias y otras competentes, exigiendo una investigación seria que devenga en la justicia reclamada por las comunidades, otras visibilizaron el hecho en la calle. Se dispuso un altar para honrar la espiritualidad, circuló la palabra en un micrófono abierto, sonaron canciones de protesta, y gritamos al unísono JUSTICIA PARA BELKIS Y TODAS LAS ASESINADAS POR ESTE SISTEMA PATRIARCAL. Entre las principales consignas podían leerse frases como “Demandamos una investigación efectiva”, “Ni una asesinada más”, “Jueces, fiscales: machistas patriarcales”, “Vivas nos queremos”, entre otras. Por otro lado, al tomar la palabra, se evidencia la criminalización que sufren las comunidades, el racismo y la estigmatización, ya que la comunidad garífuna registra una baja tasa de violencia hacia las mujeres en comparación al resto del país, y sin embargo desde las instituciones y los medios de comunicación locales, se ha querido hacer pasar el asesinato como un crimen pasional puertas adentro, una asociación del mismo a la portación de HIV, y otra serie de injurias que nada tienen que ver con el hecho de que Belkis es una VÍCTIMA. En esa misma sintonía, se denuncia una vez más el avance sobre los cuerpos y territorios profundizado por el régimen dictatorial de Juan Orlando Hernández. No faltó la emotividad y el pedido de que Belkis pueda descansar en paz, situación que evidencia que NO somos un número, que cada compañera asesinada es una herida abierta entre nosotras, que no va a cerrarse hasta que haya justicia efectiva, castigo a los culpables, y condiciones de no repetición.
Una vez más decimos que esta situación, que hoy nos cuesta la vida de una compañera, no es un hecho aislado. Se inscribe en el contexto de una sociedad fuertemente machista, militarizada y represora, que nos toma a las mujeres como sus principales víctimas, al punto de cobrarse nuestras vidas. Prueba de esto es que entre 2012 y 2017 desde la RNDDH hemos registrado el asesinato de 13 defensoras, entendiendo esto como una forma de obstaculizar la participación de las mujeres en la defensa de la vida.
Esto también se evidencia en las diversas violencias que debemos soportar a diario. Ejemplo de esto fueron los permanentes hostigamientos que sufrimos esa mañana: personal policial y de civil tomándonos fotografías y videos (¿para qué?), y aproximadamente unos 30 efectivos de la Policía Nacional apostados en la puerta del MP ostentando gases lacrimógenos, cascos, escudos, armas... No solo nos superaban en número sino que además no entendemos el motivo de su presencia, siendo que nada de lo ocurrido violaba la ley. Por lo tanto, lo interpretamos como una intención de continuar provocándonos miedo y abusar de su poder.
Desde la RNDDH repudiamos el hecho y nos ponemos una vez más en estado de ALERTA PERMANENTE, responsabilizando al gobierno de cualquier daño que pudiera ocurrirnos.
No queremos dejar de agradecer el acuerpamiento recibido de parte de compañeres de organizaciones hermanas en la lucha: Movimiento Diversidad en Resistencia (MDR), Centro de Estudios de la Mujer- Honduras (CEM-H), Red Lésbica Cattrachas, Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Centro de Derechos de Mujeres (CDM).