Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras - Ayer en horas de la noche fue asesinado el compañero Edwin Fernández, miembro de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH, organización parte de la coordinación de la RNDDH) y encargado de la vigilancia del portón que fue instaurado como medida de bioseguridad para el control del COVID19 en la comunidad garífuna de Río Tinto, Atlántida.
El hecho sucedió cuando tres sujetos encapuchados, supuestamente vinculados al crimen organizado, irrumpieron en la vivienda de Edwin y, frente a sus hijos, le arrebataron la vida como represalia por no entregar la llave del portón de seguridad.
Este brutal asesinato, se suma a la ola de violencia que desde meses atrás está afectando a la comunidad garífuna a vista, contemplación y complicidad del narco gobierno hondureño, quién ante la crisis humanitaria, ha respondido igual que siempre, amenazando y reprimiendo, anulando las autonomías comunitarias de los pueblos, y desmantelando los esfuerzos de una población que responsablemente está velando por la vida y salud de los suyos y suyas.
Recordamos que, aún ante la situación de confinamiento y control estatal, desde hace más de dos meses la OFRANEH ha desarrollado un fuerte trabajo en prevención y contención del virus en 47 comunidades garífunas, con un plan de emergencia que ha incluido el establecimiento de cordones epidemiológicos en entradas y salidas de las comunidades, comisiones para facilitar información sobre el coronavirus, elaboración y distribución de mascarillas, diagnósticos comunitarios para identificar las necesidades alimentarias de la población, instauración de ollas comunitarias y trabajo en el fortalecimiento del sistema inmunológico de las y los pobladores mediante acciones de salud preventiva; acompañamiento a posibles personas contagiadas desde la mirada de la medicina y el cuidado ancestral; y además una red de acompañamiento a mujeres y niñas que en el confinamiento sufren de violencia doméstica y sexual.
Desde la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras, con rabia e indignación, denunciamos y condenamos la violencia sistemática perpetrada contra las comunidades garífunas organizadas en la OFRANEH, quienes han arreciado la lucha por la vida sagrada de su población y nos demuestran que son posibles las propuestas transformadoras y autónomas para cuidar y defender la vida.
Exigimos al Mecanismo Nacional de Protección a Defensores que actúe frente a las constantes agresiones contra el pueblo garífuna, que se investigue y se de castigo a los responsables del asesinato del compañero Edwin Fernández. Es obligación del Estado hondureño detener de manera inmediata toda violación a los derechos de las comunidades y actuar de forma diligente para evitar cualquier forma de violencia en su contra.
Llamamos a la comunidad internacional a estar vigilantes de esta situación y hacer llegar esta denuncia a los mecanismos internacionales de derechos humanos y las embajadas de Honduras en el exterior.
El pueblo garífuna tiene derecho a su autoprotección, basta de violencia, basta de racismo y discriminación.