Ayer, domingo 17 de enero, el ejército guatemalteco usó la violencia, incluyendo el lanzamiento de gases lacrimógenos, para frenar el avance de una caravana migrante, que salió el pasado 15 de enero de Honduras, la cual está integrada, según diversas estimaciones, por cerca de 9 mil personas, entre ellas muchas mujeres, menores de edad y compañeras defensoras de derechos humanos. Existen reportes de personas heridas de diversa consideración como consecuencia de la represión militar. También se tiene constancia de un amplio despliegue de elementos de la Guardia Nacional mexicana en la frontera sur de este país con el objetivo de interceptar a la caravana.
A estos hechos se une la creciente presencia en medios de comunicación, redes sociales y entornos institucionales de un discurso xenófobo contra las personas migrantes, avivado por el contexto de pánico generado por la emergencia sanitaria por COVID-19.
Estos actos no solo suponen una flagrante violación al derecho al libre tránsito de las personas reconocido por la ONU, si no también un riesgo para la seguridad de todas las personas que integran la caravana, incluyendo periodistas y defensoras de derechos humanos. Existen precedentes de represión violenta contra anteriores caravanas entre los cuales se incluyen actos de criminalización de periodistas y personas defensoras que las acompañaban informando sobre la situación y documentando violaciones a derechos humanos.
Durante los últimos años, las caravanas de migrantes son la alternativa a la que se acogen miles de personas y familias de Centroamérica con el objetivo de buscar mejores condiciones de vida en otros países, en la mayoría de casos huyendo de los contextos de violencia criminal, institucional, social y económica que viven cotidianamente en sus lugares de origen, y que en el marco de la sindemia generada por la COVID-19 y tras la devastación provocada por los huracanes Eta y Lota se ha agravado de manera alarmante.
Por todo ello, desde la IM-Defensoras, y las Redes Nacionales de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras y México, hacemos un llamado a los Estados, de manera especial a Honduras, Guatemala, México y Estados Unidos, a ordenar el repliegue inmediato de las fuerzas de seguridad y a respetar el derecho al libre tránsito de todas las personas que integran la caravana, responsabilizándoles de la seguridad y la integridad de todas ellas; brindándoles los recursos humanitarios en materia de alimentación, salud y alojamiento que pudieran ser necesarios para garantizarles un tránsito seguro.
Hacemos un llamado a los mandatarios y otros cargos de responsabilidad de la región, a adoptar una actitud responsable y con pleno respeto a los derechos humanos en sus declaraciones, a fin de que en ningún momento alienten o justifiquen posturas xenófobas.
Llamamos también a los medios de comunicación a informar de manera responsable, evitando coberturas periodísticas con discursos estigmatizantes o que facilitan la criminalización de las personas migrantes.
Finalmente, reiteramos nuestro llamado mesoamericano a acuerpar, apoyar y solidarizarse con el camino de todas las personas de nuestra región que han abandonado sus hogares y sus lugares de origen en busca de unas mejores condiciones de vida para ellas y sus familias.