El cuerpo de la defensora María Elizabeth Ramírez fue encontrado sin vida la mañana del domingo 21 de febrero, a orillas de un río de aguas negras en Los Pinos, Esquipulas. María Elizabeth era la madre de Wendy Vividor Ramírez, una de las niñas asesinadas el 8 de marzo de 2017 en la masacre del Hogar Virgen de la Asunción. Su cuerpo presentaba señales de violencia y ensañamiento.
Desde el asesinato de su hija, María Elizabeth no había dejado de buscar justicia y, junto a otras familias de las víctimas, era parte de una querella, con proceso judical todavía en curso, contra varios funcionarios públicos señalados como presuntos responsables de delitos de homicidio culposo, abuso de autoridad, incumplimiento de deberes y maltrato contra personas menores de edad.
Cabe mencionar que María Elizabeth es la segunda madre de las 41 asesinadas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción que muere de forma violenta, siendo la primera Gloria Pérez y Pérez, madre de Iris Yodenis León Pérez, quien fue brutalmente asesinada el 8 de julio del 2018 en Sayaxché, Petén, junto a su hija de 13 años, Nury León Pérez.
Además, el asesinato de María Elizabeth se ha producido pocos días antes de cumplirse el cuarto aniversario de la masacre, en una fecha tan señalada para el movimiento feminista y los derechos de las mujeres como es el 8 de marzo, y en la que, como cada año desde 2017, se van a llevar a cabo múltiples actos de recuerdo hacia las víctimas y de exigencia de justicia. Cabe recordar que, en septiembre de 2019, el gobierno retiró el altar en memoria de las niñas asesinadas que se había instalado en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de Guatemala, y que ese mismo año, en vísperas del 8 de marzo, la sede la Alianza Política Sector de Mujeres fue objeto de allanamiento y sustracción de documentación y equipos de trabajo después de realizar un acto de conmemoración de la masacre.
Desde la IM-Defensoras expresamos nuestra consternación y nuestro más enérgico repudio y condena por el asesinato de María Elizabeth Ramírez y exigimos al Estado guatemalteco una investigación inmediata y exhaustiva del mismo, que no descarte ninguna línea de investigacion, incluyendo la relacionada con la labor de búsqueda de justicia que desde hace 4 años llevaba a cabo la defensora.
Nuestro abrazo y nuestra solidaridad hacia su familia y personas allegadas, así como hacia el resto de familias, organizaciones y defensoras de derechos humanos que siguen exigiendo justicia por la masacre del Hogar Seguro Virgen de la Asunción.