Este 8 de marzo, la presa política, activista y defensora transgénero, Celia Cruz, denunció a través de una carta publicada en redes sociales y medios de comunicacion un conjunto de agresiones y vulneraciones a derechos que sufren ella y el resto de presos políticos recluidos en el centro penitenciario Jorge Navarro "La Modelo".
En dicha carta, Celia Cruz expresa que desde enero de 2021 se han incrementado la vigilancia, los cambios constantes de celdas, las requisas y el aislamiento contra varias de las personas que, como ella, permanecen privadas de libertad por razones políticas. Celia también denuncia que no se les permitió reunirse con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) durante su última visita al penal, para evitar que denunciaran vejámenes y expusieran sus inquietudes.
Desde su detención, ocurrida el 21 de abril de 2020 tras participar y transmitir en vivo una protesta en la isla de Ometepe, y posterior reclusión en una cárcel exclusiva para varones, Celia ha sido víctima de discriminación y ataques en razón de su identidad de género, como agresiones sexuales, violencia verbal y otras formas de violencia simbólica. Celia también ha denunciado hostigamiento y vigilancia contra sus familiares, situación que ha tenido un impacto de desgaste importante en su familia, particularmente en su mamá, quien es una adulta mayor con condición de discapacidad.
Cabe señalar que desde el 2 de noviembre de 2020, Celia y 41 personas más cuentan con medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tras considerar esta instancia que todas ellas se encuentran en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos e integridad personal en el contexto de su privación de libertad en Nicaragua.
Ante esta situación, quedamos especialmente alertas y vigilantes sobre las condiciones actuales de Celia, así como ante las posibles agresiones y violaciones a sus derechos humanos que puedan resultar como represalia del acto de denuncia a través de la carta publicada. Hacemos responsable al Estado de Nicaragua de la vida y la integridad física, moral y psicológica de Celia Cruz y de su familia.
Desde la IM-Defensoras expresamos nuestra solidaridad con Celia Cruz y las demás personas presas políticas, así como nuestro apoyo incondicional a sus justas y legítimas demandas de libertad.
Finalmente hacemos un llamado a la comunidad internacional para denunciar las violaciones relatadas por Celia, para que se haga justicia y sea liberada de su detención arbitraria, al igual que deben serlo el resto de personas que siguen privadas de libertad por razones políticas en Nicaragua.