Después de cinco años esperando justicia por el asesinato de nuestra compañera Berta Cáceres Flores, hoy 5 de julio de 2021, celebramos en las calles, en las redes sociales, en los tribunales y en nuestras comunidades que gracias a la incansable lucha de su familia y el COPINH, uno de los coautores de este atroz asesinato finalmente tendrá que responder por sus actos y, con ello, se abrirá el camino para que todas las personas y estructuras de poder implicadas en este asesinato sean juzgadas. Hoy se ha dado un paso más para enfrentar el sistema de injusticia patriarcal, capitalista y racista que nos arrebata la vida de nuestras compañeras.
En los casi tres meses de audiencias, se ha demostrado que Roberto David Castillo Mejía se relacionó y comunicó estrechamente con los autores materiales del asesinato de nuestra compañera y con miembros de la familia Atala. Estas comunicaciones tuvieron como fin planificar, coordinar y ejecutar el crimen.
El asesinato de nuestra compañera Berta Cáceres es la expresión de una realidad presente en toda nuestra Mesoamérica. Desde la siembra de Berta a la fecha, según datos de nuestro registro regional de agresiones a defensoras, al menos 21 defensoras del territorio han sido asesinadas en nuestra región: 4 en Nicaragua, 2 en Guatemala, 1 en El Salvador, 8 en Honduras y 4 en México. Las defensoras del territorio se están enfrentando a la voracidad de empresas que con la complicidad y apoyo de los gobiernos provocan el despojo, la violencia y la devastación ambiental de los territorios para imponer sus intereses. Ellas y sus comunidades son portadoras de paradigmas alternativos al capitalismo extractivo que resultan vitales para resguardar la vida de todo el planeta.
Lograr justicia para Berta es abrir caminos de esperanza para todas las compañeras defensoras del territorio, para todas las comunidades en lucha y los pueblos originarios que han sido continuamente amenazados y agredidos; para las compañeras que, como Berta, fueron difamadas, criminalizadas, agredidas por ser mujeres, amenazadas sus familias. Lograr justicia para Berta es un paso adelante para poner fin a la impunidad prevaleciente en casos de violencia contra defensoras en nuestra región.
Por ello, con nuestras compañeras de la Red Nacional de Defensoras de Honduras , nos sumamos a esta alegría triste que es lograr pequeñas victorias determinadas por su cruel asesinato. Abrazamos al COPINH y la familia de Berta y les expresamos todo nuestro reconocimiento, agradecimiento y solidaridad.
Esta acción de la justicia no nos devuelve a nuestra compañera, ni calma la indignación que nos sigue produciendo su asesinato, pero hace posible que la verdad se reconozca y que se dignifique la memoria de Berta y la importancia de sus luchas. Es una victoria que nos llena de esperanza en distintos rincones del mundo. Tras la siembra de Berta aquel 2 de marzo del 2016, reafirmamos que la justicia debe ser para los pueblos, para las mujeres, para los ríos y la madre tierra, para quienes defienden la vida frente al engañoso despojo del capitalismo racista y patriarcal.
Sabemos que #FaltanLosAtala, por ello seguiremos firmes en la exigencia de una justicia plena para Berta, su familia y el COPINH.