Marisol Cuadras, una joven activista feminista de dieciocho años de edad, se encontraba participando en una manifestación pacífica junto con el colectivo Feministas del Mar, en el día Día Internacional contra la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, cuando fue alcanzada por los disparos de un grupo de sicarios que atacaron las instalaciones del palacio municipal de Guayma, en el estado de Sonora.
Mientras Marisol y sus compañeras de la Colectiva Feministas del Mar realizaban la toma pacífica y simbólica del palacio municipal, la alcaldesa de Guayma y otros funcionarios, entre ellos el jefe de la policía municipal, se les acercaron, entablaron un breve diálogo y se tomaron algunas fotos con ellas. En ese momento, irrumpió en el lugar un grupo de sicarios con armas largas y granadas disparando directamente hacia el recinto municipal en donde se encontraban las activistas. Marisol cayó abatida como consecuencia del fuego cruzado entre los sicarios y las fuerzas de seguridad que repelían el ataque. Según informó el titular de la Secretaría de Marina (Semar), José Rafael Ojeda Durán, el ataque iba presuntamente dirigido contra el jefe de la policía municipal.
Lo sucedido en Guaymas en una fecha tan señalada para las mujeres de todo el mundo como es el 25 de noviembre, es un brutal ejemplo del nivel de inseguridad y de riesgo que enfrentan las mujeres mexicanas, en el cual una joven activista que había salido al espacio público a levantar su voz y reivindicar que “Nos queremos vivas” resultó asesinada entre el fuego cruzado de sicarios y fuerzas de seguridad.
Cabe señalar que las mujeres de Guaymas vienen enfrentando un contexto de violencia y feminicidios que ha provocado que el pasado mes de agosto se emitiera la Alerta por Violencia Género en el municipio. Por tanto, el feminicidio de Marisol Cuadras no es fortuito; no es un daño colateral, es la expresión de la violencia feminicida a la que están expuestas las mujeres.
Desde la IM-Defensoras y la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México nos solidarizamos con la familia de Marisol y con sus compañeras de la Colectiva Feministas del Mar, quienes vivieron momentos de angustia y también vieron sus vidas expuestas al peligro de muerte; y exigimos a las autoridades responsables una investigación expedita de los hechos que garantice que se haga justicia y se repare el daño causado.