Cada 25 de enero, la cultura patriarcal intenta ocultar el verdadero carácter histórico y político que tiene este día, con flores, regalos y frases que hacen referencia al sacrificio y al amor incondicional de las mujeres.
Nosotras, que llevamos la memoria en las plantas de los pies y en los nombres de las que caminaron antes, la organización y la lucha por la dignidad de las mujeres y sus pueblos, sabemos que en lo cotidiano de este país y sus procesos de transformación, estamos las mujeres construyendo hoy otras realidades posibles.
Las guardianas de los ríos, sembradoras de árboles y huertos, fundadoras de comedores infantiles y comunitarios, asegurando que no falten las tortillas en la mesa, las estudiantes graduadas por primera vez en sus familias, las que enseñan a las niñas que la desobediencia es necesaria, las mujeres buscadoras de migrantes desaparecidos, las que construyen y sostienen con medicinas ancestrales el cuerpo y el corazón sano, las sindicalistas, las campamentistas que luchan por la libertad de los presos políticos y exigen justicia, las que disputan espacios políticos, las que defienden el cuerpo-territorio, su derecho al placer y a la autonomía, las que sostienen con la fuerza de su palabra la denuncia y la memoria.
Recordamos hoy a Dolores Caballero, Graciela García, Paca Navas, Visitación Padilla, mujeres sufragistas y luchadoras que rompieron el mandato aquel que sentenciaba que las mujeres somos “más para la casa que para el mundo” en estos tiempos este mandato se encuentra aún vigente, aunque hayan aumentado las cuotas de participación política y en teoría haya leyes e institucionalidades para su cumplimiento, los cuerpos y territorios de las mujeres hondureñas se encuentran en amenaza permanente por la violencia de un régimen hetero-patriarcal, racista y capitalista.
Sesenta y siete años después de la lucha sufragista, el 27 de enero una mujer tomará posesión de la presidencia de Honduras. Hecho histórico escrito por la voluntad popular expresada contra la dictadura en el pasado proceso electoral.
La presidenta Xiomara Castro Sarmiento inicia su mandato en medio de una crisis política que agudiza el contexto contra los defensores y defensoras de derechos humanos y en este escenario nosotras estamos y continuaremos defendiendo nuestras apuestas políticas, convocando espacios, defendiendo nuestros cuerpos y territorios, tejiendo y realizando propuestas para la refundación de este país. Haciendo viva la consigna: ¡nada que celebrar, mucho porque luchar!