Dos hechos de suma importancia han ocurrido en Honduras. Ante la extradición de Juan Orlando Hernández Alvarado (JOH) vinculado al tráfico de drogas; y la derogación del proyecto de muerte que representan las Zonas Especiales de Desarrollo (ZEDE), la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras nos pronunciamos de la siguiente manera:
Estos 12 años de dictadura que el Gobierno nacionalista instauró en Honduras, a partir de la crisis generada por el Golpe de Estado de 2009, trajo consigo la instalación de un narco Estado responsable de incontables crímenes de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos que impactó en demasía nuestras vidas.
Esta crisis ocasionó expulsiones masivas de barrios y comunidades a causa de la miseria y la violencia, el saqueo de los bienes públicos, así como la negligencia y corrupción con que se manejó la pandemia y la tragedia humanitaria durante las tormentas ETA e IOTA, estos, son sólo algunos de los daños irreparables que la narco dictadura dejó a su paso.
La extradición de JOH, hacia los Estados Unidos, representa, para nosotras, un paso importante en la búsqueda de justicia, es inevitable sentir satisfacción e incluso alegría, sin embargo, esperamos y aspiramos a seguir fortaleciendo la construcción colectiva por la búsqueda de justicia popular, feminista y originaria que no pase por ninguna intervención, ni condición extranjera.
Al mismo tiempo, celebramos la derogación de las ZEDE, ley aprobada por el Congreso Nacional en el año 2012, un proyecto que permite la expropiación de los territorios a los pueblos indígenas, Garífuna y comunidades campesinas. Mismo proyecto de ley que en horas de la noche del miércoles 20 de abril de 2022 fue derogado por el actual Congreso Nacional.
Igualmente, el movimiento para la derogación de los artículos inconstitucionales que dieran lugar a la posibilidad del régimen de las ZEDE tuvo una enorme fuerza popular y feminista. Hoy celebramos con alegría y orgullo, que ese Congreso donde están algunos de quienes lo aprobaron, lo deroguen. Es otra victoria nuestra.
Reconocemos la derogación de las ZEDE como un paso importante para la recuperación de la soberanía de los territorios, y esperamos que sean completamente recuperados y liberados de todos los proyectos de destrucción. Como defensoras, continuaremos luchando por que la liberación de nuestros territorios y comunidades sea vivida como una realidad, y, al mismo tiempo, permaneceremos vigilantes sobre la situación de derechos humanos de la población, y, de manera particular, de las mujeres en las zonas donde se han instalado las ZEDE.
Abrazamos a todas nuestras compañeras defensoras, que, desde sus múltiples espacios y maneras de luchar, han estado sosteniendo y resistiendo desde los territorios con digna rabia y rebeldía.
¡Los pueblos sabemos hacer justicia!
Tegucigalpa, M.D.C., 22 de abril de 2022