En el marco de la negativa de la dictadura Ortega-Murillo a permitir la entrada a Nicaragua a la “Comisión Internacional por la vida y la libertad de las y los presos políticos en Nicaragua”, en su mayoría compuesta por parlamentarias y parlamentarios de la izquierda de 5 países de América Latina, a quienes saludamos y agradecemos este humanitario y ejemplar esfuerzo.
Ya sabíamos que Daniel Ortega es un oportunista de la historia y lucha revolucionaria de Nicaragua y América Latina. Lo denunciamos cuando trascendió que había abusado sexualmente de su hijastra, Zoilamérica; lo volvimos a denunciar cuando accedió al poder pactando con los partidos más conservadores y reaccionarios, penalizando la eximente del aborto terapéutico, controlando todos los poderes del Estado e instituciones del país, y gobernando en alianza con el gran capital. Lo seguimos denunciando desde abril de 2018 a la fecha y somos testigas de lo plasmado en los informes nacionales e internacionales de derechos humanos, que recogen las denuncias de los crímenes de lesa humanidad contra más de 358 personas -en su mayoría jóvenes-, encarcelamientos, torturas, abusos sexuales, represión, empobrecimiento y exilio, así como la cancelación, desmantelamiento, criminalización y confiscación de más de 900 Organizaciones No Gubernamentales, con el único fin de conservar el poder absoluto. Más de 80 de estas organizaciones ilegalmente canceladas son de mujeres y feministas, dejando a las mujeres y defensoras nicaragüenses en total indefensión y empobrecimiento.
La dictadura Ortega-Murillo, usurpando el pasado revolucionario, hace uso del cinismo y el Estado policial para reprimir al pueblo, utilizando los recursos públicos como patrimonio y enriquecimiento familiar. Queriendo ocultar que, la grave crisis social, política, económica y cultural en Nicaragua es, en realidad, consecuencia del ataque sistemático de la vigente dictadura corrupta y criminal para impedir el surgimiento de una Nicaragua donde se respeten los derechos humanos, la democracia y la justicia. Ante ello, muchos movimientos progresistas y/o de izquierda en el mundo llevan más de 4 años en negación, dando pie para que estas atrocidades sean utilizadas para deslegitimar las luchas progresistas de los movimientos sociales, feministas, anti extractivista, antirracista y anti patriarcales en un contexto de crisis de los imperios.
En condiciones de torturas y vulnerabilidad de sus vidas se encuentran 190 personas presas políticas en Nicaragua, entre ellas, 18 mujeres defensoras y activistas, 4 mujeres en aislamiento total, todas/os por no querer vivir en una dictadura.
El 19 de Julio 1979 el mundo progresista celebramos junto a Nicaragua el derrocamiento de la dictadura de Somoza, Nicaragua hoy vive otra dictadura. Las feministas internacionales convocamos a todas las personas, organizaciones, movimientos que luchan por los derechos humanos y la justicia, sobre todo a la izquierda internacional, a:
Denunciar públicamente las violaciones de la dictadura Ortega-Murillo y a exigir la libertad de las más de 190 personas presas políticas.
A solidarizarse y apoyar al pueblo de Nicaragua que está en el país y en el exilio.
Rechazar la campaña de mentiras “revolucionarias” que justifica sus intereses familiares y fortalece la represión de la dictadura al pueblo nicaragüense.
Solidarizarse y apoyar redes de mujeres y feministas en el país y el exilio.
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