La Siguata

Desde hace más de 10 años, la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras junto a la IM-Defensoras y desde nuestra propuesta política de Protección Integral Feminista imaginamos la instalación de casas que permitan a las mujeres que defienden la vida, poder hacer una pausa para abrir caminos donde se pueda respirar, reflexionar y construir formas distintas de hacer la lucha por la defensa de los derechos humanos y planetarios.

La idea de construir un espacio de sanación, autocuidado y cuidado colectivo surgió después del Golpe de estado de 2009, cuando nos dimos cuenta que hay un acumulado de dolor debido a la violencia que enfrentamos por la instauración de un régimen fascista, racista, militarista y patriarcal.

Es por eso que la RNDDH desde hace mucho ha soñado con un lugar, una casa mujer que nos permita estar juntas, conversar, reflexionar, emocionarnos, soñar acompañadas y seguras. Y por eso nace La Siguata, una casa de autocuidado, cuidado colectivo y sanación donde nos hemos propuesto “Aura Buni, Amürü Nuni” es decir; yo para ti, tú para mí, o como dicen otras maestras del camino, lo que te cura a vos, me cura a mí.

La Siguata ha sido y es un lugar de cobijo y abrazo colectivo para volver a comenzar de nuevo y continuar a ratos juntas, a ratos solas, con la confianza que sentimos, pensamos, vivimos y nos posicionamos desde un lugar distinto, resignificando la historia, teniendo presente la memoria; lo que nos permite recuperar el sentido de la vida, la legitimidad del derecho al placer, la alegría y el disfrute.

Los caminos de autocuidado, cuidado colectivo y sanación se construyen pensando en la creación de espacios colectivos y también individuales donde transitamos por distintos momentos; iniciando por sentirnos y escuchar nuestra voz interior, poco a poco vamos expandiendo la consciencia para conectar con el buentrato y bienestar para recuperar nuestro espacio, nuestra fuente de poder.

Junto con la la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras continuamos reafirmando que el autocuidado, cuidado colectivo y sanación nos lleva a la construcción de la política como expresión de vida, colectivizamos nuestros sueños y deseos para que todas las mujeres que defienden y luchan gocen de La Siguata como un espacio de justicia y reparación feminista para todas. Seguiremos creyendo en que las posibilidades las creamos juntas, que nuestra creatividad colectiva nos fortalece y que nuestras luchas van mucho más allá del dolor.

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