Este domingo 30 de noviembre, se celebran elecciones en Honduras, se elegirá la presidencia,128 diputaciones al Congreso Nacional, 20 representantes al Parlamento Centroamericano con sus suplentes y 298 corporaciones municipales; ello en medio de un régimen de excepción impuesto desde diciembre de 2022, el cual ha propiciado múltiples abusos, arbitrariedades y vulneraciones a derechos humanos.
Atendiendo a los graves antecedentes de violencia ante los actos masivos de protesta social y a los dolorosos e indignantes acontecimientos que marcaron las experiencias electorales del país del 2009 y del 2017, marcadas por el golpe de Estado y la narco dictadura, la gravedad de los actos de represión, uso de la violencia y criminalización en contra de quienes defienden derechos humanos en diferentes territorios del país y la vigencia del régimen de excepción impuesto desde diciembre de 2022, urgimos tanto a las instituciones del Estado como a los diferentes partidos políticos a prevenir cualquier acto de violencia y represión que pueda poner en riesgo el derecho a la protesta y la defensa de los derechos humanos en el marco del proceso electoral.
Nos preocupa en especial el impacto que actos represivos y de desestabilización social orquestados por los grupos que se disputan el poder puedan tener entre las mujeres defensoras, las disidencias sexo genéricas y las comunidades garífunas e indígenas que luchan por sus territorios. Los contextos electorales pueden ser usados para agudizar la situación de violencia contínua y aumentar el riesgo de las defensoras a ser criminalizadas, amenazadas, difamadas, desplazadas de forma forzada, vigiladas, agredidas sexualmente y asesinadas con total impunidad. Ya en las últimas semanas hemos denunciado el incremento de agresiones contra comunidades y defensoras que incluyen campañas de difamación alentadas en las campañas electorales y ataques armados.
Por ello hacemos un llamado a la comunidad internacional y a los movimientos sociales alrededor del mundo a estar alertas ante cualquier acontecimiento que represente un peligro para la integridad y vida de las defensoras hondureñas y sus comunidades, y a reconocer la importancia de la labor que siguen realizando, a pesar del contexto adverso.
Desde la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras y la IM-Defensoras estaremos vigilantes ante cualquier violencia y violación a los derechos humanos de nuestras compañeras.