Somos defensoras
Defendemos derechos humanos en territorio hostil, una Mesoamérica donde imperan la misoginia, el racismo y el capitalismo que precariza nuestras vidas, despoja nuestras comunidades y devasta la red de la vida; donde Estados y otros poderes fácticos nos agreden porque luchamos en contra de sus intereses y políticas de muerte. Sólo en 2022, registramos 4,083 agresiones contra nosotras, nuestras organizaciones y comunidades. Éstos son datos que nos duelen. No obstante, frente a la violencia que nos rodea, desde nuestra diversidad hemos decidido unirnos en un pacto: el pacto de cuidarnos y cuidar nuestras luchas a través de la Protección Integral Feminista.